Día 10 (Parte 2)
30 de mayo
Los presentes habían sentido como propias cada una de las palabras de Ana Giribaldi, quien durante el juicio por el asesinato de Cecilio Kamenetzky, había podido reconstruir la historia de su padre…Su propia historia. Los testimonios día a día permiten escribir, con las voces de los testigos, la historia vivida por jóvenes con ansias de cambiar el mundo, buscando, como diría Ana Giribaldi, un país más justo con igualdad para todos.
"Realmente pensé que no saldría con vida de ese lugar”
Dibujo. Testimonio de Cristina Torres (de espaldas). Por Pablo Maldonado. |
Ahondado como pocos, sin
dejar nada de lado, seguiría el siguiente testimonio completando con sus aportes el terror vivido en la DIP , hasta donde podían llegar con las torturas,
los dos aparatos represivos, complicidad judicial y el protagonismo de los
funcionarios de estado en el abuso y sometimiento tanto de presas políticas
como comunes.
“Soy una ex presa política
de la dictadura, soy victima y mi único interés es que se haga justicia y que se conozca
la verdad” diría Cristina Mercedes Torres
detenida el 30 de enero de 1975
a los 22 años.
“Estaba embarazada, estaba casada, con muchos planes de vivir muchos años en paz”
Militaba en el PRT y adhería
con el PRT, su papá militaba con López Bustos sus hermanos eran peronistas
“todos trabajábamos y todos estudiábamos”.
Musa Azar, en la Escuela de Policías. (Foto: Archivo del IEM) |
Musa termina encañonando a su madre logrando así sacarla por la fuerza y meterla a un auto
En la mañana del 30 de enero notó el seguimiento
que le hacía un hombre (Andrada).
En forma de asalto, ingresaron a su domicilio con suma prepotencia
y violencia, Musa, Ramiro López, Garbi, Sánchez y Marino quien le diría a su
madre “Señora cuando viene la policía cuide sus cosas”. La sorpresa fue tal que la encuentran en la
ducha, sus padres intervinieron para defenderla por lo que Musa termina
encañonando a su madre logrando así sacarla por la fuerza y meterla a un
auto “a partir de que entré en ese vehículo
comenzaron a insultarme y amenazarme” fue llevada así a la DIP.
“A partir de que entré
la violencia y la tortura fue permanente” diría Cristina sobre su tormentoso paso por la DIP , los represores le
hicieron lo que ellos denominaban como “el tratamiento de ablande” ahogándola
en una bañera continuamente hasta que se desvanecía. Garbi, Musa y Ramiro López la tironeaban de los pezones, la quemaban con
colillas de cigarrillos. Logra ver a más
gente joven custodiada por muchas personas de civil “tuve la sensación de que
nada bueno me esperaba”, la radio muy fuerte no podía tapar los sonidos de
gritos, gemidos, que también se sentían desde el baño, en donde sometían a “submarino”
a los detenidos.
Le hicieron lo que ellos denominaban como “el tratamiento de ablande” ahogándola en una bañera continuamente hasta que se desvanecía. Garbi, Musa y Ramiro López la tironeaban de los pezones, la quemaban con colillas de cigarrillos.
"Nocturno", Escultura de Alicia Vidal |
En la Escuela de Policía le
hacen escuchar como torturaban a una persona mientras la interrogaban le decían
“esperá, ya te va a tocar”.
Producto de las torturas recibidas “esa noche perdí mi embarazo, que era muy esperado, muy deseado por la pareja”
De regreso a la DIP y producto de
las torturas recibidas, sufre una hemorragia, pide asistencia que
llega después de una hora con una simple medicación, “esa noche perdí mi
embarazo, que era muy esperado, muy deseado por la pareja”
(Dibujo del Archivo del IEM) |
“En la tortura era impresionante como actuaban ellos, como jadeaban”
Llega a escuchar
“Millioni se va, se va, no reacciona” a lo que Musa respondió “Llévenlo al
regional y que lo ingresen como un bañista que se ahogó.” “Eso me asustó mucho,
pensé que lo mismo me podía pasar a mi, realmente pensé que no saldría con vida
de ese lugar”.
El juez federal Grand en la DIP la increpa diciéndole “tenéme confianza y decíme todo lo que pasa"...Y la hace firmar una declaración bajo amenaza.
Los oficiales de
justicia se hacen presentes, el juez federal Grand en la DIP la increpa diciéndole “tenéme
confianza y decíme todo lo que pasa”, la testigo lo volvería a ver en el
Juzgado Federal en donde le tomarìa declaración en presencia de sus torturadores
Musa y Garbi. La hacen firmar una declaración bajo amenaza de quedar incomunicada, y donde entre otras cosas, certificaba la presencia de su abogado defensor, quien
se encontraba en realidad en el cuarto contiguo, ella pudo escuchar los gritos
y las quejas de su abogado defensor Bergotini al cual no dejaban ingresar.
Era el año ´75 todavía en democracia, Carlos
Juárez era el gobernador, Nina estaba en el Ministerio de Desarrollo Social, y Robín
Zaieck era el Ministro de Gobierno, sus padres en su desesperación recurrieron
a ellos haciéndoles llegar sus pedidos y clemencia.
Robin Zaiek |
Zaieck pide verla, la desnuda y pellizca, se burlaba de los pedidos de su padre “Está abusando de mi tiempo y no merece consideración” le decía
Es trasladada al Penal
de Mujeres, y sometida a una celda de aislamiento durante veinte días, una vez
que sale de la misma, Zaieck pide verla, la desnuda y pellizca, se burlaba de
los pedidos de su padre “Está abusando de mi tiempo y no merece consideración”
le decía Zaiek. Era frecuente que retiraran adolescentes que estaban detenidas por
contravención y eran llevadas a fiestas particulares de las que volvían en un estado
lamentable, eran retiradas por el mismo grupo de tareas que trasladaba a las
presas políticas.
Era frecuente que retiraran adolescentes que estaban detenidas por contravención y eran llevadas a fiestas particulares de las que volvían en un estado lamentable, eran retiradas por el mismo grupo de tareas que trasladaba a las presas políticas.
Su abogado el Dr. Bergotini
desiste de defenderla porque su familia había recibido amenazas, y lo sucede el
Dr. Lescano, al cual le comenta de la
situación de estas adolescentes que eran retiradas para ser llevadas a fiestas
particulares. El Dr. Lescano le mostró su repudio total ante semejante acto de
injusticia, y decidió tomar la defensa de una de esas jóvenes, logrando su
posterior liberación.
Marta Cejas era miembro de la SIDE (Foto: Diario El Liberal) |
A fines del `75 ingresa
una comisión militar al penal informando que a partir de esa fecha se hacían
cargo de las presas políticas. Se recrudece el régimen carcelario, incomunicación
total (se clausuran las ventanas), no las dejan estudiar, les prohíben el ingreso
de ropa y comida, algo normal hasta ese fecha, cambia también el trato del
personal del penal, “nos mandaban al calabozo por cualquier motivo”- diría
Cristina en su testimonio, quien pudo sentir el ensañamiento manifestado
especialmente por Marta Cejas, Marta Castillo y Marta Villalba, la primera de
ella era también miembro de la
SIDE , y las otras dos se dedicaban a acosar a las menores que
estaban detenidas,“Llegaban al extremo de pedir que nos bajemos la ropa
interior cuando necesitábamos paños íntimos”.
A partir del `76 el rol de Marta Cejas pasó a ser..el de impedir que las presas políticas se comuniquen con las guardia cárceles que se habían mostrado “más humanas” con ellas.
A partir del `76 el rol de Marta Cejas
pasó a ser por un lado, el de impedir que las presas políticas se comuniquen
con las guardia cárceles que se habían mostrado “más humanas”, por esto a una
de ellas, de apellido Lescano llegaron a despedirla. Y por otra parte Cejas se
encargaba de impedir que las presas políticas se comuniquen con las presas
comunes.
“Conversábamos con otras detenidas de
desaparecidos y de campos de concentración, me parecía que estaban fabulando”.
Extracto de escritos de ex presa política (Archivo IEM) |
"...Teníamos que atarnos la ropa para que no se nos caiga, a la noche a veces no podíamos dormir del hambre”
Al llegar el golpe de Estado del `76 la
situación en la cárcel era cada vez peor. Producto de la mala alimentación y
las condiciones a las que era sometida, su físico cambia radicalmente “entré con 52 kilos, y un año después pesaba
43 kilos, teníamos que atarnos la ropa para que no se nos caiga, a la noche a
veces no podíamos dormir del hambre”. La escasa comida que les daban era
desastrosa, “una competencia que hacíamos era quien contaba más bichos en la
jarra de la mazamorra.” Las necesidades de sobrevivir les hacía superar todo esto.
“La hermana Aldina tenía para con nosotras
toda la buena disposición, nos hacía sentir más liviana la vida, de lo que realmente
era”. Para poder verlas, la hermana
Aldina era sometida a requisas vejatorias y se le pedía que no trasmitiera
información de las presas a los familiares, pedido que ella pasaba por alto.
Como contraparte del buen accionar de la Hermana Aldina se encontraba
el accionar del cura Marozzi, quien
parecía respetar mas su rol de capellán del ejército que el de sacerdote
“Vos lo que tenes que hacer es colaborar, decir que hacen acá, que hacen tus compañeras” les solía decir. Como
este accionar era reiterado en él, las detenidas terminan desistiendo de sus
visitas.
“Las amenazas eran frecuentes, y venían
siempre trasmitidas por alguien que estaba en un estado muy deplorable”.
En Agosto de 1976 Marta Cejas le dice que
Badesich la mandaba a llamar, recordando las amenazas desconfía de lo que esta le dice, entonces es llevada a la fuerza por “las tres
Martas” quienes la introducen en una habitación muy pequeña, desesperada
empieza a gritar, pidiendo hablar con algún juez. Badesich se presenta y le
comunica que iba a ser trasladada a la
DIP para unas preguntas, a lo que Cristina contesta “¡No voy
a ir a un lugar donde me han torturado, donde torturan hasta la muerte!”, le
hacen hablar con el Juez Federal Santiago Olmedo, quien le reafirma lo dicho por Badesich.
Dos personas la fuerzan al traslado. Desesperada muerde a la Directora del Penal y
grita su nombre “¡Soy Cristina Torres me secuestran del penal y me llevan para
matar!”. Muchos años después supo que un guardia la escuchó, y dio aviso a su
familia.
(Dibujo, Archivo del IEM) |
“¡No voy a ir a un lugar donde me han torturado, donde torturan hasta la muerte!...y grita su nombre “¡Soy Cristina Torres me secuestran del penal y me llevan para matar!”
La situación en la DIP era muchísimo peor, la introducen
de los pelos en una oficina en la que se encontraba Musa, quien le dijo “No
quieres colaborar, te has burlado… ahora vas a ver…” y la picaneaban, “ahora te
vamos a mostrar lo que te va a pasar por hacerte la pícara”, en ese momento lo
traen a Mario Giribaldi en un estado lamentable, “de solo verlo era pensar en
esto voy a ser convertida”…
Marzo de 1977. Musa Azar (Foto: Archivo Fotográfico del Instituto Espacio de la Memoria) |
Musa le dice “No quieres colaborar, te has burlado… ahora vas a ver…” y la picaneaban, “ahora te vamos a mostrar lo que te va a pasar por hacerte la pícara”
La llevan al sótano, la
atan de pies y manos a un camastro desnuda dejándola ahí sin agua ni comida,
durante una de las noches mas frías de la historia de Santiago.
Cristina logra escuchar la voz de Musa que
le dice a alguien que anote, y recibe picana en todo el cuerpo “todo al mismo
tiempo con una velocidad y ferocidad”…Ella no sabia lo que querían, se desvanecía
cada tanto, estuvo así durante tres días seguidos, Musa le decía “ya vas a ver cuando lleguen los militares lo
que te van a hacer” en esos momentos prefería morir. Musa daba a entender que
conocía los movimientos de su familia porque le decía “Están en manos nuestras,
todo sabemos y todo podemos hacer”.
“No sé si me morí y volví”
Escultura "La parilla" de Alicia Vidal. |
Un interrogatorio mucho mas severo
ocurriría con la presencia de una comitiva militar, las sesiones de picana eran
mas intensas, podía escuchar como los militares le dictaban las preguntas a
Musa, hasta que no pudo soportar más tantos tormentos y se desmayó. Cuando despierta
la estaban violando “no sé si me morí y volví”.
Al día siguiente la sacaron de ese lugar
porque tenían que poner a otra persona, no podía caminar… “El solo hecho de
sacarme de ese sótano me dio una sensación de alivio...El penal era en ese momento una bocanada
de aire fresco con respecto a la situación que vivíamos ahí”.
Mario A. Giribaldi |
Le dijo Mario Giribaldi a Cristina: “Yo quiero darte un mensaje, si vuelves al penal y sobrevives, decile a mi hija que la quiero mucho que es la única luz que tengo en este infierno, y que le pido perdón por lo que va a tener que pasar”.
Grande es su sorpresa cuando reconoce una
voz que le habla, era Mario Giribaldi quien la despierta una noche para darle
un mensaje: “Yo quiero darte un mensaje, si vuelves al penal y sobrevives, decile
a mi hija que la quiero mucho que es la única luz que tengo en este infierno, y
que le pido perdón por lo que va a tener que pasar”. Son interrumpidos por un
guardia que los había escuchado hablar, y los golpea.
“La tortura era ejercida en todas sus
formas en la DIP , buscaban quebrarte usando para esto todas las
herramientas posibles.” Recuerda escuchar a Musa que ordena “A estos tres los
preparan y se los llevan ahora”... La atan
y la suben a un camión diciendole: “Detrás del Cerro de Guasayán nadie se va a
enterar nunca.” La terminan bajando del vehículo
y le dicen que como su familia había estado jodiendo por todos lados por ahora no la iban a trasladar.
La llevan ante Musa Azar, quien le dice
que se había salvado porque había intervenido la iglesia y familiares, pero
advirtiéndole “Ni se te ocurra decir lo que has visto sino te mato con mis
propias manos y ahora arréglate esa ropa que vas a volver al penal.”
De regreso al Penal, “Mi terror era la
violación no sabia si me iba a contagiar de alguna enfermedad, o si me había
quedado embarazada, no podía hablar del hecho.”
Le cuenta a Badesich todo lo vivido, y
éste solo se mostraba alarmado por la violación, sobre lo que promete
investigar, cosa que no sucede jamás.
Por error es trasladada al Juzgado
Federal, creían que ella era Fornes, una
vez allí ve al Juez Federal Santiago Olmedo, al que le cuenta de su situación,
Olmedo le pide que la espere en su despacho, pero nunca sería recibida por él.
Escultura "El Vuelo" de Alicia Vidal |
Ni bien sube al avión la tiran de los pelos y la arrojan sobre lo que sintió como cuerpos “pero no se movían”…
“Cuando nos dijeron prepárense para el traslado pero no lleven
ropa, creímos que era de esos traslados de los que no se volvía”. Esto produjo
pánico en todas las detenidas. Esta vez el traslado sería en avión, ni bien
sube al avión la tiran de los pelos y la arrojan sobre lo que sintió como
cuerpos “pero no se movían”… en el transcurso del vuelo sufren infinidad de
golpes, las amenazan con tirarlas al rio, recuerda sentir en, al menos dos oportunidades,
que habrían la puerta. Por dos presas chaqueñas que venían de Tucumán se entera
que en el mismo vuelo venían otras mujeres que nunca llegaron.
Desde la cárcel de Devoto le escribía cartas al Juez
Santiago Olmedo, en las que le reclamaba su libertad, pero nunca recibió
respuesta del Juez. Hasta que aparecería mucho después para comunicarle su sentencia,
la cual ya se encontraba cumplida.
le escribía cartas al Juez Santiago Olmedo, en las que le reclamaba su libertad, pero nunca recibió respuesta del Juez.
En 1981 Cristina Torres salió de la cárcel
de Devoto bajo libertad vigilada. Recién entonces pudo reencontrarse con su
familia a quienes no había visto desde su detención.
1981. Dibujo de ex presa política. (Archivo del IEM) |
Durante el tiempo que Cristina estuvo detenida su familia sufrió también la
persecución, su madre fue despedida de su trabajo; su hermana, que era
presidenta del centro de estudiantes de Ciencias Económicas de la Universidad Católica ,
fue detenida en dos ocasiones en la
DIP , por estar en la “lista negra” no la dejan entrar a la
facultad; a su hermano lo echaron de la Fábrica de Carbón Activado (FACA), de donde se
sabe que quemaron cuerpos de desaparecidos. Su papá fue obligado a jubilarse,
solo se pudieron mantener gracias a la ayuda de familiares y amigos.
En su caso en particular la persecución no
terminó cuando recuperó su libertad, ya
que al estar bajo el régimen de libertad vigilada se veía obligada a asistir a la DIP para firmar semanalmente.
Esto le hacía revivir todos los tormentos padecidos en el centro clandestino.
Era seguida en la calle. Intentó volver a estudiar Sociología en dos
oportunidades, pero sospechosamente sus expedientes se pierden. La primera vez
fue a finales del `80, y la segunda ya en los noventa, los torturadores en ese entonces ocupaban
cargos públicos, Musa era Director de Informaciones y D`amico era Secretario de
Seguridad de un gobierno democrático, el de Carlos Juárez.
Luego de un duro pero valiente testimonio,
Cristina le diría al Superior Tribunal:
“Este día es muy importante, poder decir
personalmente lo que nos ha pasado, poder decir lo que ellos quisieron que no
se sepa, y decir por el dolor de nuestros familiares… Confío en la sabiduría
del Tribunal para que se haga justicia y estas situaciones no vuelvan a pasar”.
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