Día 11 - Parte 1

Día 11
Parte 1

31 de mayo


Los acusados (Foto: Diario El Liberal)

Con clima tenso empieza la jornada, producto de los acontecimientos ocurridos en la última audiencia el tribunal resuelve, que el público evite manifestaciones o exclamaciones durante el transcurso de las audiencias y de incumplirse esto se procederá a desalojar la sala. Que estando presente los testigos solo se puede hacer preguntas, y que los abogados tienen que pedir la palabra para hablar.

A su vez el Tribunal dispone la inspección íntegra del Batallón 141, con los planos de esa época del lugar, reservándose fecha y modalidad para la semana que viene.

Luego de gran revuelo de los imputados y abogados defensores, quienes por primera vez salieron todos de la sala para concordar estrategias. El tribunal resuelve sobre los ficheros mencionados en la audiencia anterior por la testigo Susana Habra,  no hacer a lugar a la incorporación de todos estos, e incorporar solo los de la familia Habra, previa inspección que constate que no sufrieron modificaciones en fechas cercanas. Después de todo esto se comenzó con los testimonios.



...Yo también soy una voz de Mario, una voz de cada uno de los desaparecidos"


Mario Giribaldi, desaparecido.
(Archivo IEM)

Jurando por su honor comenzaría su testimonio Carmen Morales. En la fría madrugada del 13 de junio de 1975 la despierta el ruido de golpes muy fuertes en su casa, ubicada en Mendoza 445,  le preguntan si allí vivía “Perica (su sobrenombre) Morales”, asustada porque eran un montón de hombres, algunos de ellos armados, con armas largas y cortas, quiere cerrar la puerta y se lo impiden, la atropellan y golpean y la llevan de los cabellos al dormitorio. Ahí estaba Aníbal Cortés, su pareja en ese momento, y su beba de un año y cinco meses, Clarisa Noelia. Aníbal Cortés dormía porque había tenido un ataque epiléptico a la noche, y estaba bajo los efectos de la medicación, lo levantan a los golpes, rompen todo y sin ninguna orden le requisan la casa.  “Mi bebé comenzó a llorar asustada”  no la dejaban arroparla ni hacerle la leche. Eran nueve o diez personas, reconoce entre estas a Bustamante, Garbi, Ramiro López, Ponce, Brao y Roberto Díaz… Ella seguía pidiendo explicaciones y nadie se las daba.

Eran nueve o diez personas, reconoce entre estas a Bustamante, Garbi, Ramiro López, Ponce, Brao y Roberto Díaz… Ella seguía pidiendo explicaciones y nadie se las daba.
De izq. a der.: Bustamante, Garbi, López, el prófugo Roberto Díaz (arriba),
y Brao (abajo).


Carmen, adolescente. Son pocas
las fotos de antes de su secuestro que
pudieron recuperar. Porque los
represores rompieron todo.



Sacaban y tiraban todo de los roperos, van hacia el patio, y había un perro, que era del vecino, que les comenzó a ladrar, y los quiso atacar, entonces, uno de ellos sacó una pistola, e hizo un tiro al aire, y le dice que si no hacía que se vaya el perro, lo iba a matar…el perro siguió defendiéndola pero ella lo corrió para que no lo mataran….eso alertó a los vecinos, que prendieron la luz del patio.
 “Nos sacaron en dos autos por separados, yo iba con tres personas en el mio eran en total unos tres autos.”

“En esa casa retumbaba todo, se escuchaba todo tipo de ruidos, de gritos”

Estaba amaneciendo cuando la trasladan a la DIP, al entrar pasa por distintas oficinas, había varias personas (hombres y mujeres) trabajando que veían claramente como y en que estado traían a los detenidos.  “En esa casa retumbaba todo, se escuchaba todo tipo de ruidos, de gritos”

Carmen Morales junto
a su bebé.
(Archivo IEM)

“Yo lo único que buscaba era calmar a mi bebé” - relata Carmen. 

En la oficina de Musa “Yo lo único que buscaba era calmar a mi bebé” - relata Carmen. Entraban y salían personas de esa oficina, pudo reconocer a Marino, Laitán, Roberto Díaz y el sumariante de apellido Andrada, quien viendo los golpes que recibía y el estado en que estaba, pretendía tomar una declaración.

Le sacan la bebé, ella pensaba que se la iban a llevar, pero no, la tenia un rato Garbi, luego se la pasaba a Bustamante, que hacía como si jugara con ella. Todo esto delante de Carmen.

Ramiro López la interroga sobre sus actividades estudiantiles, y mientras le daba golpes secos que la dejaban aturdida, en ocasiones se iba y la dejaba sola con un arma arriba de la mesa.

Juan Bustamante, en 1977.
(Archivo IEM)





“Juan Bustamante le ponía el arma en la sien a mi bebita eso lo hizo varias veces…el llanto de mi bebé nunca se va, pero gracias a ese llanto estoy aquí ahora”


“Juan Bustamante le ponía el arma en la sien a mi bebita eso lo hizo varias veces… la impotencia de una madre en ese momento, de no poder hacer nada es muy grande, es el dolor que uno carga… el llanto de mi bebé nunca se va, pero gracias a ese llanto estoy aquí ahora”

Es trasladada al penal junto con su bebé, las encierran en un calabozo lleno de ratas, en el que había solo un colchón, Carmen se mantuvo de pie con la bebé en sus brazos hasta el otro día.

López Veloso

“Él - Ramiro López- se frotaba detrás mio, tenia un orgasmo, lo escuchaba, escuchaba su aliento, lo escuchaba.”

Durante los interrogatorios Ramiro López la desmaya de tantos golpes que le da, la golpeaba reiteradas veces en la parte de atrás de la cabeza, la manoseaba “él se frotaba detrás mio, tenia un orgasmo, lo escuchaba, escuchaba su aliento, lo escuchaba.”

No era la única con un hijo en el penal, una noche cuando volvía de la DIP ve a Gladys Loys con su bebé. Carmen relata que recién pudo sentir tranquilidad cuando su papá y suegro retiraron a su bebé del Penal.

Al momento de ser detenida, Carmen teína un tumor, por lo que su mamá y hermano acudían a la SIDE para acercarle los remedios, “Mi mamá entró a la SIDE una vez y empezó a gritarle (a Ramiro López): ¡Vos sos! ¡Vos le estas haciendo algo a mi hija!”. Carmen nunca recibió los remedios.

Carta de Carmen a su madre, estando detenida.
(Archivo IEM)


Al momento de ser detenida, Carmen teína un tumor, por lo que su mamá y hermano acudían a la SIDE para acercarle los remedios, fueron recibidos por Ramiro López,  “Mi mamá entró a la SIDE una vez y empezó a gritarle: Vos sos, vos le estas haciendo algo a mi hija.” Carmen nunca recibió los remedios. Así siguió, con sangrado y dolores muy fuertes. Estando allí le hicieron ver como torturaban a Humberto Santillán a quien aplicaban la técnica del submarino en el baño. Ella también había sido victima de estos atropellos, una vez al pedir ir al baño, y como su custodio no salía del mismo, se hace sus necesidades encima.

Se habían presentado todos los funcionarios judiciales en la misma SIDE: Grand,  Liendo Roca, López (secretario) y Sogga, y al lado de Musa,  Guido Andrada y Baudano.
La complicidad de los Jueces.
(Flyer del Instituto Espacio de la Memoria)


La llevan nuevamente a la oficina de Musa, había gente que no conocía, después se entera de la constitución de aquel tribunal, se habían presentado todos los funcionarios judiciales en la misma SIDE: Grand, Liendo Roca, López (secretario) y Sogga, y al lado de Musa,  Guido Andrada y Baudano.  Quienes presenciaban todo,  mientras ella recibía todo tipo de golpes y torturas, en esas circunstancias no tiene idea que es lo que la hacen firmar. Una total connivencia entre el aparato judicial y los torturadores. Lo único que le preguntan es por un libro que sacaron de su casa, y que había comprado en una librería.

“Todas las personas que estaban en esa casa sabían, conocían, en esa casa se escuchaba todo”.

SIDE (Archivo IEM)


En el penal recuerda que Gladys Loys se encontraba encerrada en una “piecita chica” con su hijo, quien todas las noches lloraba. En Octubre de 1975 entran los militares con una violenta requisa les sacan todo sin decir nada, cierran las ventanas del Penal, quedan totalmente aisladas en condiciones extremas. La comida era solo agua hervida con grasa, alguna verdura y un hueso, pero “muy nutritiva” según los dichos del doctor del Penal Oscar Banco. Presión baja, bolo fecal, anemia,  granitos en los dedos, por falta de proteínas “nuestro cuerpo nos sacaba lo poco que teníamos”, eran las consecuencias de semejante alimentación.

Marozzi era Capellán del Ejército.
(Foto: Archivo IEM)

Marozzi le comunicaría que su familia estaba muy preocupada, y le “aconsejaba” que dijese todo para poder salir en libertad, y que Dios la perdone. Supo por su hermano después que nunca hablaron con el cura. De Badesich recuerda que le decía “bonitilla” y agrega “su trato era rebajarnos siempre, era acoso, me daba asco”.


Al volver Cristina de la DIP estaba en un estado lamentable “recordarlo aún duele, duele por que estas escorias están teniendo un juicio digno que nosotras no hemos tenido, duele por cada uno de nosotros que ha sido arrebatado, por cada niño, por cada familiar secuestrado”.



Cuando se llevan a Cristina Torres del Penal escucha su grito, “era un grito de terror, desgarrante, en ese momento estaba Marta Cejas, nos quedamos mal angustiadas”. Al volver Cristina de la DIP estaba en un estado lamentable “recordarlo aún duele, duele por que estas escorias están teniendo un juicio digno que nosotras no hemos tenido, duele por cada uno de nosotros que ha sido arrebatado, por cada niño, por cada familiar secuestrado”.

“Ella tuvo el coraje, la valentía de avisar que había sido violada… hasta el día de hoy no me entra en la cabeza que tipo de seres humanos torturan, hacen perder bebés… y violan, no hay respuestas”. No solo Cristina Torres perdió un embarazo por las torturas de las que fue victima, también la esposa de Rizzo Patrón.

En Julio del ´76 se escuchaba el llanto de un bebé que era de la señora de More, era escucharlo durante dos o tres meses “A esos bebés hay que ponerle las voces que no han tenido”.

Mario Giribaldi. (Archivo IEM)

Al volver a la SIDE,  escucha una voz  que tarareando una canción, era Mario Giribaldi, sin uñas, sin cejas , sin cabellos “no era un ser humano” 

La madrugada del 15 o 16 de Agosto Ramiro López y Bustamante la llevan a la DIP primero, y luego al Juzgado donde Liendo Roca la quiere someter a un careo, al volver a la SIDE,  escucha una voz  que tarareando una canción, era Mario Giribaldi, sin uñas, sin cejas , sin cabellos “no era un ser humano” Carmen conocía a Mario de las asambleas, y recuerda que los guardias de la DIP se burlaban de él,  lo empujaban, no era ropa lo que tenia Mario eran pedazos de ropa,  lo habían degradado, era como un juguete para ellos. “Él tampoco tiene voz, yo también soy una voz de Mario, una voz de cada uno de los desaparecidos”. En la DIP ve a otra persona, la llevaban sujeta por los brazos, entre dos, y después al volver a la cárcel supo que era Cecilio kamenetzky, quien estaba muy mal físicamente.

Una noche de mucho frío, de esos dos días que estuvo en el SIDE, la ponen en el patio externo, cerca del sótano, escuchó gritos, llantos, música fuerte y lamentos toda la noche.

A la cárcel de Devoto se llevan a un grupo de  presas mayores y a las menores, “nos tiran en un avión sobre unos cuerpos, yo siento que eran unos cuerpos que estaban como envueltos en una tela, pero eran unos cuerpos”.  Los guardias se sentaban arriba de ellas y mientras las golpeaban, y amenazaban con tirarlas al río “No se si no tiraron a alguien, demoró un tiempo la puerta abierta”. El viaje fue muy largo, iban de un lado a otro, mientras las torturas seguían…eran acosadas, y les tocaban sus partes íntimas.

En Devoto las cosas no fueron muy distintas, los castigos eran constantes, allí puede ver a su hija: “Tenía tanta felicidad de haberla visto después de tanto tiempo, que me pongo a danzar”, por esto Carmen fue encerrada en el calabozo. 


"Te regalo una semillita para que me esperes con una flor"
Carta de Carmen a su hija estando detenida. (Archivo IEM)


Carmen relata que las presas venían de todo el país, en muy mal estado, con sarna, y la desatención era generalizada,  una de sus compañeras era epiléptica(Graciela Vaca), ella se entera cuando le da un ataque y logra socorrerla. Morales puso un colchón al lado de su compañera y la acompañó toda la noche. Por esto fueron acusadas de lesbianas, y recibieron un castigo, fueron llevadas al “chancho”, que es como le decían a la celda de aislamiento. Recuerda que Alicia Páiz murió de asma. Pedían por su medicación que nunca llegaba.  Alicia Schiavoni, que era de Córdoba, estaba en la celda al lado de la mía, y un día nos enteramos que su hermano que estaba en La Plata o en Caseros, se había suicidado, era esquizofrénico, le decían “Pelado”, a ella solo le dieron sedantes. Y  así permanecía dopada….

Juez Santiago Olmedo

El Juez Santiago Olmedo le dice a Morales: “Usted  sabe lo que tiene que hacer en este tipo de situaciones, usted sabe que quiere salir, estar en otro lugar...firme”.

En Devoto recibe la visita del Juez Federal Santiago Olmedo en compañía de Lorna Hernández,  y ante las denuncias que Carmen hacía por la situación en la que permanecían, le arrima un papel y le dice: “Usted  sabe lo que tiene que hacer en este tipo de situaciones, usted sabe que quiere salir, estar en otro lugar...firme”. Era una carta de arrepentimiento. “O sea yo tenia que firmar mi arrepentimiento…  ¿de que?, ¿de qué tenían que arrepentirme?“. Recibió una condena de 3 años y 6 meses, condena que ya estaba cumplida ampliamente antes de recibirla. Lo único que le habían preguntado al detenerla era por un libro que había comprado en una librería. Le habían levantado el pen en el 78, pero la liberan a fines del 80.

Cuando sale en libertad, la llevan a la Delegación Federal, y ahí es retenida hasta el otro día, y cuando pregunta por que, no le dicen nada. Su papá andaba buscándola ya que en el Penal de Devoto le habían dicho que ya estaba en libertad. Después se enteró que en Delegación le dijeron a su papá que la habían retenido porque parecía tener un pedido de captura.


Carmen Morales ya en libertad, junto a sus padres e hija.
(Archivo IEM)


En la lucha por sacar a su hija de su situación, el padre de Carmen recibió aprietes dentro de Casa de Gobierno en donde trabajaba como apoderado, para qué deje de firmar los papeles en su defensa. Pero él lo siguió haciendo, motivo por el cual fue despedido. Cuenta Morales “Me entero cuando llego al departamento, estaba todo vacío, todo habían vendido”. Durante este tiempo, su hermano también había sido amenazado. “Durante los días que iba al SIDE, cuando creían que a mi me sacaban del Penal, y me llevaban para ahí, iban y lo paloteaban. También cuando salía de la Escuela de Cerámica, donde estudiaba.”

“No es fácil haber estado sentada aquí, no es fácil para ningún testigo, venimos a poner nuestro cuerpo  y sentimientos, acá esta el dolor”.


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